EL RINCÓN DE ORO
Hoy, abro en el Blog lo que se llamará “EL RINCÓN DE ORO”, en este espacio aparecerán artículos escritos por ANTIGU@S ALUMN@S del Colegio. Para mí es una gran satisfacción que se pueda hacer realidad y esto es posible gracias a la generosidad de una excelente ex-alumna, estudiante y mejor persona, MARÍA MORENO RUBIO, que en cuanto se lo propuse accedió y nada más terminar los exámenes de SELECTIVIDAD ha escrito este precioso y filosófico artículo para vosotros, seguidores del blog. ¡GRACIAS!, MARÍA, para mí es un honor.
Libertad y conocimiento: dos caras de la misma moneda.
Estamos empeñados en obtener conocimiento a cerca de todo aquello que suscita nuestra curiosidad: la naturaleza, el acontecer cotidiano, el comportamiento del ser humano, las relaciones sociales, el lenguaje, lo pasado, el futuro y un sin fin de ámbitos que quedan recogidos en todas y cada unas de las materias que a lo largo de nuestra formación académica, no sólo en el colegio sino también en la universidad, nos imparten nuestros profesores. Ellos, intentan transmitirnos todo su saber, sin embargo, en ocasiones, estamos tan ofuscados por nuestra propia curiosidad o por otras circunstancias ajenas al estudio que olvidamos la parte más importante del trabajo: relacionar conceptos. Si llevásemos a cabo esta acción más a menudo, nos daríamos cuenta de los muchos errores y contradicciones que impregnan cada discurso, cada conversación, cada argumentación por parte de aquellos que aún no han hecho este trabajo. Es importante, no sólo darnos un atracón de las materias que tenemos que estudiar para luego “vomitar” nuestros conocimientos en el examen sino, quedarnos con lo esencial de esos conocimientos para poder ser críticos, para hacer que todo lo que nos cuenten pase por un aro selectivo mediante el cual, nosotros decidamos qué es lo que consideramos verdadero y qué cosas son falsedades, falacias vestidas de verdades.
Al tratar este tema no puedo olvidar algo que me enseñó mi profesora de ética: el medio más seguro de obtener la libertad es el conocimiento. Con ello, aclaraba que sólo aquel que tiene conocimiento es libre, porque él no está subordinado a las órdenes de nadie, hace lo que, a su parecer, es lo mejor, toma sus propias decisiones sin depender de nadie. Decidme, ¿no merece la pena ser libre?
María Moreno Rubio.
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Guillermo Rocamora Perez -